miércoles, 12 de septiembre de 2007

Una luz que jamás se apaga

*Breve post homenaje a una hermosa canción y a un hermoso fin de semana.

¡Adelante!, dices, y no encuentro una razón para dejar de ir a tu lado. La lluvia quiere golpear nuestras espaldas, pero es incapaz de seguir el rumbo que tomamos. Hoy no marchamos con la niebla, sino por el camino estrecho y desdibujado, que corre bajo un cielo ebrio de luz. El auto se desliza con rapidez y gentileza y los árboles que franquean la ruta inician su ilusoria carrera en reversa. ¡Cuán fácil es vivir así la deliciosa sensación de que nos alejamos!