miércoles, 29 de octubre de 2008

Frío

Nunca imaginé que en un departamento tan pequeño pudiera caber todo el viento del otoño. Un soplo helado corre por las paredes, cubre los muebles, se pega al techo y en las noches asedia la gruesa cobija que me envuelve; no tarda en descubrir que puede lanzarse sobre mi cabeza; a la mañana siguiente despierto con el rostro áspero y los pensamientos sosegados.

Tal vez el frío termine por anquilosar en mí la recién conquistada sensación de tranquilo bienestar, la cual no se basa en tesoros ni en certezas, sino en la firme convicción de que sólo estoy pasando el tiempo. Sólo aguardo el momento preciso para encontrar el camino rumbo al puerto donde se abordan los barcos grises.

domingo, 26 de octubre de 2008

Semblanza

No necesita ostentar títulos ni darme alguno. No hay estatuto para la vida compartida.

No quiere que sea suya, ni por promesas ni por firmas; sólo espera que algún día sea totalmente yo.

No recuerda mi cumpleaños, ni sabe de aniversarios. Pero conserva los colores, las voces, el temor, emocionado y ansioso del primer encuentro.

No habla de un futuro juntos, sino de un presente en el que a veces coincidimos. Y aunque en la realidad no exista un para siempre, hay una huella profunda e imborrable en la memoria.

jueves, 9 de octubre de 2008

La gente rumora

Los filósofos afirman que no se puede confiar en el "se dice". Pero en este preciso instante, los filósofos me intimidan muy poco.

Se rumora y casi se confirma
el rumor de que Radiohead viene a México. Si eso es cierto, si llego a estar ahí, ya pueden discutir y rabiar los filósofos, yo seré inmensamente feliz. Sólo el mismísimo Arturo regresando de Avalon podría emocionarme tanto. Se aguarda el retorno del rey.






miércoles, 8 de octubre de 2008

Soñar, vivir en el mundo de los sueños

People say that your dreams
are the only things that save you.
Come on baby, in our dreams
we can leave on misbehavior.

The Arcade Fire,
Rebellion

En las últimas semanas, una mezcla de curiosidad intelectual, necesidad académica y ansiedad intermitente me ha sumergido en diversas investigaciones acerca de la vida onírica. ¿Será por eso que, como siempre, duermo poco, mas por primera vez no me siento cansada? De Macrobio y Cicerón al Erec y Enide, que es como un sueño pletórico de aventura; de Gautier y su Arria Marcela al Sputnik, mi amor de Murakami. Y de ahí a todos mis recuerdos.
Me contempló de cinco años en el colegio de monjas, cuando descubrí cuán cerca estaban el dormir y la muerte. "Nadie, al descansar la cabeza en la almohada, sabe si despertará mañana" -sentenciaba la Madre Superiora y presidía el rezo. No despertó en mí el temor de Dios -tal era el objetivo- pero sí agradecí los múltiples despertadores; los perros del vecino, los gallos de no sé donde; la estridente motoneta del repartidor de periódicos, mi madre y Serrat cantando. Poco tiempo después, concluí que era preciso atesorar los despertares en que se recordaban con claridad las travesías oníricas. Nunca escribí mis sueños, pero me deleitaba al repetirlos en sosegada plática conmigo misma. Así estaba segura de que no había perdido nada en el descanso nocturno; había tenido sensaciones fabulosas, inquietantes, terribles; y todas ellas, sin importar lo absurdas o entrañables que fuesen, daban cuenta de que yo seguía ahí.
Hoy, después de comprender y abrazar el principio de que muchas verdades no están en lo que vemos, sino en lo que imaginamos, de aprender que los sueños reveladores y premonitorios entran por las puertas de cuerno y no por las de marfil y que quizá los muertos también puedan soñar, sigo sin tener una idea clara de lo que hacer con mis sueños. Si es precisa una ética de las fantasías diurnas y conscientes, ¿no lo será también una de las formas soñadas? Tampoco creo que sea tan sencillo distinguir los sueños que transmiten verdad de aquéllos que confunden. El sueño de Escipión tiene un valor epistémico porque a través de él descubre las realidades primordiales e inmutables, ¿pero acaso el Octavien de Gautier no descansó en los brazos de su Arria Marcela y sintió el cálido amor de la mujer que pereció dos mil años atrás, bajo las cenizas de Pompeya?
Suena una y otra vez Rebellion, los sueños pueden salvarnos y perdernos. Pero Murakami acaba de decirme que la mejor forma de relacionarse con el mundo es "soñar, vivir en el mundo de los sueños". ¿Qué hacer con ellos, los movimientos más caprichosos, inacibles y sublimes del alma? No lo sé todavía y probablemente no sea el caso que lo sepa. Mayores intelectos se lo han preguntado antes. ¿Será lo mejor aceptar los sueños como son, dejar que nos trasladen a sus estancias, continuar en ellos la vida que irremediablemente se nos escapa?




viernes, 3 de octubre de 2008

Pasos

Mato las tardes de viernes caminando. ¿Qué más puedo hacer? Cuando se acerca el final de la semana todo adormece muy temprano. Nadie parece notar que tardes como ésta reclaman un dulce asesinato, un atentado suave y fino contra el tiempo que parece negarse a marchar como de costumbre. O quizá sí, lo saben; por ello mandan a volar temprano los deberes; por ello beben y ríen juntos; yo camino. Sigo hasta llegar al parque. "Precaución. Niños jugando". Sí, los niños que juegan son aún más peligrosos, especialmente en viernes, cuando creen que toda obligación y castigo han desaparecido. Incontables perros juguetones actúan también lo especial del momento. Bicicletas, patines, autos furiosos. Y mucha gente que corre. Yo camino.