viernes, 21 de noviembre de 2008

Últimamente

He caminado mucho; leo y escribo poco. He perdido mi habitual insomnio; sueño demasiado. He comido hamburguesas y papas fritas; la ropa me queda más holgada. Me tiemblan más las manos; tengo menos miedo. No he bebido ni fumando; a veces me siento inexplicablemente feliz. Cometo faltas de ortografía; pienso con más claridad. No he visto a mis amigos; su influencia está en mucho de lo que hago. Paso largos ratos imaginando el día de mi muerte; dicen los médicos que tengo buena salud.

Últimamente no tengo motivos reales ni directos para entristecer; imagino más de los que puede sentir una vida.

Agenda


Por si hoy se van de juerga y despiertan en Zacatecas una semana después (suele suceder). Y para mostrar que en este blog no hay sólo frivolidad, y amor, y crisis nerviosas por conseguir boletos de bandas inglesas. También hay semanas de trabajo intenso, dedicadas exclusivamente a la reflexión y el engrandecimiento intelectual. (Aunque no sé por qué nos vamos del 26 al 30 de noviembre si el coloquio sólo dura dos días... ¡Sepan mis jefes que yo no lo dispuse así!)


* Mi participación será el sábado 29 de noviembre, con la ponencia titulada La concepción de lo fantástico en el siglo XII. ¿Por qué se llama así?, no sé. ¿De qué habla?, ya no me acuerdo. Y ya sé por qué nos vamos desde el 26; previamente asistiremos a la jornada de investigación Concepciones objetivas de la moralidad. El cielo nos asista.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Recapitulación

* Post que sólo entenderán si leen antes el de la Recesión
(y si están familiarizados con el trastorno bipolar)

¡No lo crean! ¡No lo crean! Un día ya no podrán despertar del sueño. Llegará quien les arrebate todo y ría de su desconsuelo. Las paredes caerán cuando el frío sea más cruel. Y maldecirán la hora en que pudieron volar, y no lo hicieron.

Sepan que es mejor imaginar que respirar. Cuando la realidad se ve apresada, gira su horrible rostro y nos demuestra que no vale la pena el menor esfuerzo.

¡No lo crean! Y cuando vuelvan a escuchar las dulces notas que invitan a partir, vayan tras ellas. Sigan y no se detengan hasta alcanzar el ocaso.

Recesión

En el verano previo a la universidad enfermé de varicela. El malestar y la fiebre no me dejaban leer, ni conversar, ni siquiera fastidiar, y dormía casi todo el día. Mas puntualmente despertaba para comer a las cuatro de la tarde y entonces veía por televisión la película que diario entre semana transmitía el canal 4. Entre esos dramas fáciles y corrientes figura el que hoy sueño protagonizar.

No recuerdo el nombre de la película, pero sí que pretendía ubicar su historia en la época de la Gran Depresión. Dos niños se atrincheraban en un departamento mientras sus padres iban en busca de dinero y un lugar para vivir. La mismión de los pequeños hermanos era evadir al casero, para que éste no los desalojase antes de que los padres volvieran (no entendí por qué debía notificarlos primero, ¿no podía derribar la puerta con un hacha, degollar de paso a los niños y así recuperar el piso?). Después de agotar sus escasas provisiones, extenuarse de hambre y asistir el suicidio de otro inquilino, los chicos logran escabullirse para ir a dar con el padre que acaba de regresar. Juntos parten hacia un nuevo y efímero estado de supervivencia.

Cada noche sueño los pasos de la casera golpeando los peldaños. Viene a cobrar el alquiler que no he pagado desde hace meses. Temo por mi computadora y mis libros de caballerías. Pero es anciana, el cansancio le impide llegar hasta el último piso donde vivo. Respiro, pienso que tengo un día más para terminar mi best seller, y como frugalmente de un gran e interminable plato de avena. Despierto y sonrío al recordar que aún no llega el fin de mes y que en la despensa no hay sino galletas.

Ya tenemos boletos. Hoy soñaré que tocan Let down.





Para Selkt, Alexandros y Lil@s, fans y compañeros de ansiedad.

martes, 11 de noviembre de 2008

Un mundo posible



Mas no diré otra cosa hasta que pueda tomar a la realidad por el pescuezo (o "más vale boleto en mano que sueños volando"). No obstante, deposito el proyecto en este baúl de la insensatez para poder dormir en paz.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Pensamientos crepusculares

There are too many of us,
so you can't count

Thom Yorke, Harradown Hill

El día de hoy se publica en Dead Air Space un breve post que celebra el cumpleaños de un miebro de la banda (Jonny Greenwood), así como "el amanecer de una nueva era política en los Estados Unidos." (Pueden registrarse para escuchar el remix conmemorativo de Thom Yorke, aunque personalmente me gusta más la versión de "Harradown Hill" en The Eraser.)

No es que fuera la única manifestación de alegría, interés o alivio por la victoria demócrata, pero me recordó de manera vehemente cómo ayer parecía que algo bueno iba a pasarnos; también aquí, también a nosotros.

En Twitter había reportes del estatus de la votación cada hora o menos, y me refiero a twitteros mexicanos. En la clase de cuento fantástico dedicamos más de diez minutos a comentar por qué con Obama en el poder la recesión se afrontaría de una manera que sería más conveniente para México (yo no comenté nada, pero sí respiré un poco mejor, pensando que así peligrarían menos nuestras becas). Más tarde, mi familia enviaba mensajes, anunciando que la victoria estaba casí confirmada.

Pero la noticia de un avión colapsando contra el Periférico nos recordó que las sombras no se desvanecen al mismo tiempo en todos los rincones del mundo (¿se estarán desvaneciendo en el Norte?). Entonces ya no hubo reportes ni mensajes optimistas; estos dieron paso a la inquietud, los cuestionamientos, la vuelta al temor.

Nunca he sido capaz de pensar en entidades como "el país", "la mentalidad nacional", "la situación", ni otras abstracciones semejantes. Por ello desconfío de mí como filósofa, si bien recuerdo que para san Agustín no hay conocimiento sin amor, ni amor sin la mediación de la particularidad de la imagen.

Así, pues, el post no intenta cuestionar a dónde va el país, en qué nos convertimos como humanidad o si fue o no accidente. Simplemente lo escribo para dejar constancia de como una canción me hizo pensar en lo inestable que en ciertos días puede ser la tranquilidad y como ese pensamiento me recordó los últimos capítulos de El retorno del rey: un devenir dialéctico entre la oscuridad y la luz, un paso continuo del gozo a la tristeza, del temor a la euforia, y la culminación en un triunfo que para muchos implica también la retirada eterna.