No he muerto aún, sólo desaparezco. Entre libros, sueños, ensayos, traducciones, amor, lecciones de árabe, tesis, romans artúricos, rectificación de caminos, corrección de estilo, publicidad interactiva, clases, enfermedades, planes, brujería, exámenes, ilusiones, música, frío, colores, nostalgia, viento y atardeceres.
Sin embargo es difícil perderse por completo. Y más sencillo es reencontrarse con palabras.
martes, 20 de enero de 2009
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