Hoy desperté con demasiados años, más de los que alguien podría llevar a cuestas.
O acaso el hecho es que hay demasiado tiempo. Cientos de instantes que se me han venido encima tan de pronto, sin prevención alguna, sin mesura, sin remedio.
Llevo tanto encima que ya no tengo movimiento. Y hasta la felicidad, que ha sido plena como en ningún otro momento, es difícil de portar sin sobrehumano esfuerzo.
Vivo tiempo excedente, minutos que ya no puedo colmar, ni quiero. Sé que podría inventar, pero mis fantasmas ya son viejos. Sé que podría esperar, mas está exhausto mi anhelo. Termino entonces. Mutilo esa extensión de porvenir incierto. La esperanza, el temor, el ensueño, ¿qué más dan? Ya he visto consumado mi más hondo deseo. Y a concebir otro, no me arriesgo.
viernes, 11 de mayo de 2007
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1 comentario:
Pero son tus años, nadie te los robara, cada instante, cada hora, cada momento en que miras al cielo, donde chocan las copas y se rompen en lluvia los segundos. Así tus niñas, tus letras tus palabras cobijadas en la cuna de las palmas de tus manos, con la fuerza de tus puños, paridas por tus dedos, nacen de la luz para darnos luz , son y serán eternas, como estrellas suspendidas en el cosmos, viajan por el espacio, solitas, solisisimas, hay veces que se pierden o se topan con los muros, pero en ciertas ocasiones encuentran unos ojos, se derraman en colores, en sabores, en sonidos.
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