Hoy no pude llevar mi cuerpo más allá de la habitación donde soñamos juntos. Mis dedos no lograron deslizarse por los espacios vacíos hasta encontrarte. Mi garganta fue incapaz de abrirse y liberar las voces que quizás te harían aguardar.
Hoy desperté en una casa de signos, donde solo hay historias para calmar la sed. Mi alimento son los versos que han crecido en todas las paredes, mis miembros son fragmentos de una historia extensa y gris y tú eres el discurso hermoso y verdadero que ocasionalmente trastorna mi solitario disertar y hace saltar en pedazos mi silencio.
¿Pero cómo respirar, y sudar, y desgastarse? ¿Cómo avanzar un poco más hacia el último día? ¿Cómo tocar, y hacer sentir, y amar, si hoy sólo me sostienen las palabras?
viernes, 23 de marzo de 2007
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2 comentarios:
tampoco vale tanto la pena desgastarse por gente que no esta en el mismo canal..
Lo anterior es tan cierto. Sobre todo considerando que las diferencias podrían no ser solo de canales, sino quizás de órdenes de realidad.
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