jueves, 2 de julio de 2009

¿Café?


Atravieso por una ráfaga de tristezas y desilusiones. La filosofía, la profesión, el amor, me han mostrado los rincones que discretamente se pueblan de telarañas y los muebles bajo los cuales se ha empujado con prisa al polvo y la basura.

Sin embargo, me afano. Barro aquí y allá. Sacudo y enjabono. Pego, armo, remiendo. Me aferro a octubre y al airbus que me llevará sobre el océano.

¿Y para qué? Para que alguien me ofrezca un trago de café a cambio de mostrarle un dedo manchado. Así como en la infancia me daban caramelos por lucir las manos limpias.

Entonces veo que el polvo forma dunas, que las telarañas no dejan ver la pared y que no es el hogar, sino la ciudad entera. Y pienso que así ya no puedo.

¿Pero que hago si no reparo, sacudo y además invento? ¿Si no trato de sostener aunque sea con alfileres lo que queda de afuera y adentro?

Por eso sigo en la monumental e inútil reconstrucción. Café no quiero.




5 comentarios:

alfredo dijo...

6,350 millones costaron las elecciones, sin contar los dineros lavados. Hoy me faltaban 3 pesos para un trago de tequis, justo lo que me cobra el tansporte a mi casa, bueno, dije faltaban, por que no vivi lejos. Salud Itzel

Esponjita dijo...

al ánimo... no se apachurre así... todo parece efecto de la falta de chocolatidad... pero la época de lluvias es buena para el chocolate también. Sigue la invitación en pie.
Y, oiga, quizás se desdesilusione un poco si entra conmigo a la clase de cierto medievalista de acento colombiano. Es sobre Boecio, Agustín y esos temas sobre el determinismo y la libertad. Por lo menos le quedarán bonitos fantasmas para la semana.
Tengo unos asuntos sobre la fantasía en Aristóteles que quizás le interesen, debemos platicar de eso, sería divertido.
Y no se achicopale... de todas esos rincones con telarañas el que espero que no la desilusione más es el de la filosofía: esa es una señora que guarda secretos, como en los juegos de video, que hay que buscar por ahí; y a usted, Ama de la invetio, no se le van a negar.
Ánimo hostelera. Que por suerte no nos ha tocado vivir en Honduras, donde ni siquiera se puede apelar a las ofertas de café.

Diana dijo...

Y luego es del feo. Ese café apesta tanto como la intención. Quisiera echarle porras pero ni como.

Itzel dijo...

Alfredo: ¡Salud! Y el próximo tequila yo lo invito.
Esponjita: Ya le escribí, espero que pronto platiquemos y me ayude a dialogar con mis imaginaciones. Abrazos.

Itzel dijo...

Diana: Tu comentario es porra suficiente. Hoy voté sin café y superé el desencanto con el Johny Cash de tu blog. Sí, lo dice mejor que uno. Saludos