viernes, 3 de octubre de 2008

Pasos

Mato las tardes de viernes caminando. ¿Qué más puedo hacer? Cuando se acerca el final de la semana todo adormece muy temprano. Nadie parece notar que tardes como ésta reclaman un dulce asesinato, un atentado suave y fino contra el tiempo que parece negarse a marchar como de costumbre. O quizá sí, lo saben; por ello mandan a volar temprano los deberes; por ello beben y ríen juntos; yo camino. Sigo hasta llegar al parque. "Precaución. Niños jugando". Sí, los niños que juegan son aún más peligrosos, especialmente en viernes, cuando creen que toda obligación y castigo han desaparecido. Incontables perros juguetones actúan también lo especial del momento. Bicicletas, patines, autos furiosos. Y mucha gente que corre. Yo camino.

2 comentarios:

Ernesto dijo...

Sin duda la independencia nos arroja a nuevos escenarios, nuevas formas de estar con uno mismo. Además los lugares solo se descubren caminando: es la única forma de la apropiación real del espacio que nos circunda.

Esponjita dijo...

Pos no sé si el parque es el Parque México pero suena tan lindo así, o como si fuera Pilares, o como si fuera el de los Venados...
A mí cómo me da envidia todo aquél que vive cerca de un parque. Alguna vez yo viví en una vecindad de finales del XIX (muy orgullosos mis vecinos: monumento nacional). La Requena, la llamaban. Estaba en la Doctores. Luego seguía eje 1 poniente cuahutemoc y, del otro lado, maravillosa, la colonia Roma.
Ah! cómo caminé por ahí.
A veces sentía como si Eje 1 pte. fuera el Rio Bravo, y yo estuviera siempre de mojada en la Roma disfrutando un paisaje por el cual no pagaba.

Salú:

La Esponja Magna