jueves, 26 de marzo de 2009

La hora

No sé si los entusiasmos colectivos llevan a un buen resultado. Si una hora puede contener los torbellinos de mil años. Si más que lo apagado importa lo que se encienda en las mentes de muchos.
Admito que en principio fueron los dolores de cabeza los que me llevaron a vivir con luz al mínimo, pero intentemos algo más allá de nosotros, para que no sea un mal del entendimiento el que nos deje para siempre a oscuras.


3 comentarios:

Esponjita dijo...

Prometo apagar focos.
Pero, yo vengo a convocarla para otra causa... ¿cómo va su latín? ¿le interesaría tomar, el semestre que entra un curso con eueidestatós eis hiperbolén, sobre Aureoli y la intencionalidad?
Verá usted: así como el mundo se sobrecalienta, los medievales se apagan acá.
¡viera qué cosas tan lindas me platicó el otro día sobre los contenidos intencionales de las representaciones fantásticas? ¡cosa más linda!
A ver si nos vemos pronto.
Si no para chocolatear, quizás sí nos tomamos unas chelas o algo así.
Cuídese mucho:
la esponjis

. dijo...

Me allane a su invitaciòn; queria ir a CU. a la explanada de rec. a mirar las estrellas, pero no, me quede dormido, y soñe.

Itzel dijo...

Esponjita: Me uno a su heróica empresa de iluminación medieval; nomás dígame cuándo y dónde. Y claro que nos tomamos unas chelas.

Alfredo: Qué agradable leerte de nuevo. Yo también soñé aquel día, así que tal vez en algún instante onírico nos encontramos.