miércoles, 5 de noviembre de 2008

Pensamientos crepusculares

There are too many of us,
so you can't count

Thom Yorke, Harradown Hill

El día de hoy se publica en Dead Air Space un breve post que celebra el cumpleaños de un miebro de la banda (Jonny Greenwood), así como "el amanecer de una nueva era política en los Estados Unidos." (Pueden registrarse para escuchar el remix conmemorativo de Thom Yorke, aunque personalmente me gusta más la versión de "Harradown Hill" en The Eraser.)

No es que fuera la única manifestación de alegría, interés o alivio por la victoria demócrata, pero me recordó de manera vehemente cómo ayer parecía que algo bueno iba a pasarnos; también aquí, también a nosotros.

En Twitter había reportes del estatus de la votación cada hora o menos, y me refiero a twitteros mexicanos. En la clase de cuento fantástico dedicamos más de diez minutos a comentar por qué con Obama en el poder la recesión se afrontaría de una manera que sería más conveniente para México (yo no comenté nada, pero sí respiré un poco mejor, pensando que así peligrarían menos nuestras becas). Más tarde, mi familia enviaba mensajes, anunciando que la victoria estaba casí confirmada.

Pero la noticia de un avión colapsando contra el Periférico nos recordó que las sombras no se desvanecen al mismo tiempo en todos los rincones del mundo (¿se estarán desvaneciendo en el Norte?). Entonces ya no hubo reportes ni mensajes optimistas; estos dieron paso a la inquietud, los cuestionamientos, la vuelta al temor.

Nunca he sido capaz de pensar en entidades como "el país", "la mentalidad nacional", "la situación", ni otras abstracciones semejantes. Por ello desconfío de mí como filósofa, si bien recuerdo que para san Agustín no hay conocimiento sin amor, ni amor sin la mediación de la particularidad de la imagen.

Así, pues, el post no intenta cuestionar a dónde va el país, en qué nos convertimos como humanidad o si fue o no accidente. Simplemente lo escribo para dejar constancia de como una canción me hizo pensar en lo inestable que en ciertos días puede ser la tranquilidad y como ese pensamiento me recordó los últimos capítulos de El retorno del rey: un devenir dialéctico entre la oscuridad y la luz, un paso continuo del gozo a la tristeza, del temor a la euforia, y la culminación en un triunfo que para muchos implica también la retirada eterna.

2 comentarios:

Esponjita dijo...

no sé.
ayer oí multitud de chistes sobre mirar al cielo con atención.
tuvo que ser un accidente justo por que fue demasiado inusitado: un narco decente lo hubiera matado en algun punto deshabitado de los 450 km de sierra que hay entre slp y el df.
en fin. no creo que obama resuelva nada, pero es divertido ver como al fín el coyote se comió al correcaminos...

saludos

Ernesto dijo...

Es bueno saber que en tu ancho mundo interior, todavía hay un lugar para lo que pasa afuera. Prometo hablar de cuando neve.